sábado, 22 de octubre de 2011

Discurso de Leonard Cohen, premio Príncipe de Asturias de las letras 2011

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Emocionante narración de cómo encontró "su canción". ¡Gracias a tí Leo! por tantas piezas hermosas. Enhorabuena por el premio, caballero, lo celebramos contigo.



Discurso de Leonard Cohen, premio Príncipe de Asturias 2011

"Excelencias, miembros del jurado, distinguidos premiados, señoras y señores:

Es un gran honor estar aquí ante ustedes esta noche. Quizá no esté acostumbrado -como el gran maestro Ricardo Muti- a estar ante el público sin una orquesta tras de mí, pero haré lo que pueda.

Me pasé toda la noche blanco, pensando qué podría decir aquí, ante esta asamblea de distinguidas personas. Tras comerme todas las barras de chocolate y todos los cacahuetes del minibar, garabateé unas pocas palabras, y no creo que me tenga que referir a ellas. Estoy muy emocionado por este reconocimiento.

Si yo supiera de dónde vienen las canciones, las crearía más a menudo. Mientras hacía el equipaje para venir, cogí mi guitarra -tengo una guitarra Laconte que está hecha en la calle Caminal, 7, en España-. Es un instrumento que tendrá unos 40 años, más o menos. El instrumento y la caja, eran como de helio, eran muy ligeros. Me puse la guitarra casi en la cara. La miraba. Con lo bien diseñada que está... Olía la fragancia de la madera viva, porque sabemos que la madera nunca llega a morir. Y olía esa fragancia del cedro tan fresco como si fuera el primer día cuando compré la guitarra, hace 40 años. Y la voz parecía decirme: "Eres un hombre viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a quien la merece, al suelo y a la tierra. Con esta fragancia, de donde viene esta fragancia..."

Así que vengo hoy, aquí, esta noche a agradecer al suelo, a la tierra, a este pueblo que me ha dado tanto. Porque un hombre no es un DNI y un país no es sólo eso tampoco. Una carta, un crédito no es un país. En esta fraternidad en la que estoy con el poeta Federico García Lorca, puedo decir que cuando era joven y adolescente y buscaba una voz en mí, estudiaba los poetas ingleses y conocía bien su obra y copiaba sus estilos, pero no encontraba mi voz. Solamente cuando por fin leí, aunque era una traducción, las obras de Federico García Lorca, fue entonces cuando comprendí que había una voz. No es que haya copiado su voz. Yo no me atrevería a hacer eso. Pero me dio permiso para encontrar una voz, para ubicar una voz. Es decir, para ubicar el yo, un yo que no está del todo terminado, que lucha por su propia existencia. Conforme me iba haciendo mayor comprendí que las instrucciones venían con esa voz. ¿Qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar, ni siquiera casualmente, si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos, tiene que ser en los confines estrictos de la dignidad y de la belleza. Y por tanto ya había encontrado mi yo, pero no tenía el instrumento para expresarla, no tenía una canción.

Y ahora voy a contarles muy brevemente la historia de cómo conseguí mi canción, porque era un guitarrista indiferente. Yo mamporreaba la guitarra, sólo sabía unos cuantos acordes. Me sentaba con mis amigos, mis colegas; bebíamos, cantábamos canciones. En mil años nunca me vi como un músico o como cantante. Pero un día, a principios de los 60 estaba de visita en casa de mi madre, estaba frente a un parque, y en el parque había una pista de tenis, y allí iba mucha gente a ver a los jóvenes jugadores de tenis disfrutando de su deporte. Fui a ese parque que conocía de la infancia y había un joven tocando la guitarra flamenca y estaba rodeado de dos o tres chicas que estaban escuchándole y me encantaba cómo tocaba. Había algo en su manera de tocar que me cautivaba. Yo quería tocar así. Yo sabía que nunca sería capaz de tocar así. Así que me senté allí, con otras personas que escuchaban durante un rato, y luego se hizo el silencio... un silencio muy apropiado, y le pregunté si me daría clases de guitarra. Era un joven de España, y sólo podíamos entendernos con un poquito de francés; no hablaba inglés. Dijo "sí, te daré clases de guitarra". Dije: "vivo allí, en la casa de mi madre".

Quedamos y establecimos el precio de las clases y vino a casa de mi madre al día siguiente y dijo: "Déjame oírte tocar algo". Yo empecé a tocar algo y dijo: "No tienes ni idea de cómo tocar, ¿verdad?". "No, la verdad es que no sé tocar". "En primer lugar déjame que afine la guitarra, porque está desafinada. Cogió la guitarra, la afinó y dijo: "No es una mala guitarra". No era Laconte, pero no era una guitarra mala. Me la devolvió y dijo "ahora ponte a tocar". No sabía tocar mejor, la verdad. "Voy a hacer algunos acordes", y cogió la guitarra y produjo un sonido de la guitarra que yo, evidentemente, nunca había oído. Y formó la secuencia de acordes, así, de manera rápida. Y dijo: "Ahora hazlo tú". Y dije, no, no sé hacerlo. "A ver, déjame que use yo tus dedos y te iré diciendo dónde los tienes que poner" y los puso en el mástil. "Y ahora toca". Y fue un desastre. "Vuelve mañana", me dijo. Volvió al día siguiente, me puso las manos en la guitarra, la puse en mi regazo, en la manera adecuada, con la postura buena y empecé otra vez esos seis acordes y la progresión de seis cuerdas. Muchas canciones flamencas son en la progresión de seis acordes. Y la verdad es que me sentí mejor. Al tercer día mejoró la cosa. Pero ya sabía los acordes y sabía que, aunque no podía coordinar los dedos adecuadamente para producir el sonido correcto, era la pauta de sonido que él quería; sabía los acordes. Los sabía muy, muy bien.

Al día siguiente no vino. Yo tenía el número de la pensión de la que estaba quedándose en Montreal y llamé por teléfono para ver por qué no había venido. Y me dijeron que se había suicidado, y yo no sabía nada de este señor. No sabía de qué parte de España procedía, desconocía por qué había venido en concreto a la ciudad de Montreal, por qué se quedaba en Montreal en esos momentos, por qué estaba en esa pista de tenis. No tenía ni idea de por qué se había quitado la vida. Estaba muy triste, evidentemente. Ahora estoy contando lo que nunca había contado en público. Esos seis acordes, esa pauta de sonido de la guitarra, han sido la base de todas mis canciones, de toda mi música.

Y ahora podrán comenzar a entender las dimensiones de la gratitud que yo tengo por este país. Todo lo que han encontrado favorable en mi trabajo, en mi obra, viene de este lugar que les he contado. Todo lo que ustedes encuentran favorable en mis canciones, en mi poesía, están inspiradas por esta tierra y por tanto les agradezco enormemente esta cálida hospitalidad que me han demostrado y que han mostrado por mi obra, porque es suya y me han permitido poner mi firma al final de la última página.

Gracias."

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domingo, 1 de mayo de 2011

"Validation" en español: ¡Smile! ¡Sonríe!

"Validation" es un corto premiado internacionalmente que muestra el poder que tiene "transmitir buena onda" y despertar sonrisas. Merece mucho la pena verlo hasta el final, ¡no te lo pierdas!... and...



Director: Kurt Kuenne Guionista: Kurt Kuenne
Actores:
T.J. Thyne, Vicki Davis and Dave Kuhr



... ¡Smile! ^_^
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viernes, 14 de enero de 2011

Propósitos para el nuevo año 2011

Creo que es bueno aprovechar el cambio de ciclo, en este caso empezamos nuevo año, para marcarnos pautas y avanzar conscientemente hacia metas que queremos conseguir. Y en ello estamos. El plasmarlo por escrito me lo recordó mi compi-gamusino de blog Fernando que en ello andaba en su última entrada.

Para empezar vamos a brindar por el reconocimiento de un logro que ha implicado a un buen puñado de gente y que nos sobrevino sobre la marcha durante las Navidades: encontrar hogar para una perrita abandonada. Ha culminado justito con el estreno de la primera semana del nuevo año ¡buen inicio!.
La historia comenzó una semana antes de Navidad, cuando Luis comentó en casa que había visto un perrito perdido por las inmediaciones del barrio y por donde paseamos a Hopi. Dos días más tarde, cuando venía de trabajar, lo ví. No me hubiera fijado si no llega a ser por su comentario. Hubiera pensado que se trataba de un perrito que esperaba a la salida de la tienda a su dueño. Pero me paré más tiempo a observarlo y ví que vagabundeaba en zig-zag sin un rumbo fijo, cojeando y tiritando de frío. Al rato se paró y me miró de soslayo con cierto recelo. Era un perrito lindísimo. La idea que se me cruzó fue cogerlo y llevarlo a alguna protectora antes de que sufriera en la calle, muriendo atropellado, de frío o de hambre.

Así que con ese propósito lo seguí, tanteando si hacía amago de morder al cogerlo o solo zafarse de un posible "perseguidor dañino". Conseguí cogerlo dando una vuelta completa a la manzana tras comprobar que no mostraba agresividad por su parte, sólo miedo a que le hicieran daño.

En casa cuando le ofrecimos comida, la devoró ¡buena señal!. Después lo bañamos, el pobrecico se dejaba hacer de todo con mucha docilidad. Llamamos a la perrera y al ayuntamiento por si alguien había dejado aviso de la pérdida del perro. No tenían noticias de dicha pérdida, así que dejamos nuestros datos de contacto y esperamos a que pasara el fin de semana para llevarlo al veterinario. No tenía microchip que identificara a ningún dueño. Así nos enteramos que tenía unos 8 años , 7 kilos y ¡era perritA!.


A partir de aquí... la cosa nos empezó a parecer más complicada de resolver, así que llamamos a una profesora de Luis -Mercedes Cano- una mujer muy especial, que nos asesoró sobre qué hacer y nos ayudó a difundir el caso por las redes de internet. También llamó a muchas amistades y conocidos que pudieran estar interesados.
Tras algunas idas y venidas, ahorrándonos más detalles, iremos directamente al final: encontramos para Abi un hogar que esperamos sea definitivo. ¡Mucha suerte Abi! -mucha newen en mapuche que diría Mercedes- ;)

La experiencia me ha recordado la encomiable labor que realizan las casas de acogida para las mascotas abandonadas en espera de un hogar. ¡Me quito el sombrero por todas esas familias!. Nosotros apenas lo hemos vivido unos días y ¡qué de emociones encontradas!: alegría al saber que va a estar genialmente cuidada y cierto vuelco al corazón en la despedida. En muy poquito tiempo le hemos cogido mucho cariño. ¡Gracias a todas las personas implicadas! que no han sido pocas. :-))

Estoy aún elaborando por escrito mi listita de propósitos. Este que nos marcamos con Abi, no sólo se cumplió, sino que quedó más redondo: un hogar para la perri , mejor que perrera o protectora, y mucho mejor que la inhóspita calle. Ojalá tengamos esa suerte con el resto de propósitos. ^_^ .Hay mucho de voluntad, pero creo que también de regalo en aquello que conseguimos.

Cerraremos entrada con este vídeo. Me gusta esta parte de la película. Más allá del mensaje principal de perseverar en nuestros propósitos hasta conseguirlos, me gusta la parte en la que el padre rectifica, dándose cuenta de la capacidad de influencia que tiene sobre su hijo.
(A Pelutxa lo que le gusta es la historia que cuenta el niño).
Supongo que a cada cuál le dirá cosas distintas, o un puñado de ellas.


^-^

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