viernes, 14 de enero de 2011

Propósitos para el nuevo año 2011

Creo que es bueno aprovechar el cambio de ciclo, en este caso empezamos nuevo año, para marcarnos pautas y avanzar conscientemente hacia metas que queremos conseguir. Y en ello estamos. El plasmarlo por escrito me lo recordó mi compi-gamusino de blog Fernando que en ello andaba en su última entrada.

Para empezar vamos a brindar por el reconocimiento de un logro que ha implicado a un buen puñado de gente y que nos sobrevino sobre la marcha durante las Navidades: encontrar hogar para una perrita abandonada. Ha culminado justito con el estreno de la primera semana del nuevo año ¡buen inicio!.
La historia comenzó una semana antes de Navidad, cuando Luis comentó en casa que había visto un perrito perdido por las inmediaciones del barrio y por donde paseamos a Hopi. Dos días más tarde, cuando venía de trabajar, lo ví. No me hubiera fijado si no llega a ser por su comentario. Hubiera pensado que se trataba de un perrito que esperaba a la salida de la tienda a su dueño. Pero me paré más tiempo a observarlo y ví que vagabundeaba en zig-zag sin un rumbo fijo, cojeando y tiritando de frío. Al rato se paró y me miró de soslayo con cierto recelo. Era un perrito lindísimo. La idea que se me cruzó fue cogerlo y llevarlo a alguna protectora antes de que sufriera en la calle, muriendo atropellado, de frío o de hambre.

Así que con ese propósito lo seguí, tanteando si hacía amago de morder al cogerlo o solo zafarse de un posible "perseguidor dañino". Conseguí cogerlo dando una vuelta completa a la manzana tras comprobar que no mostraba agresividad por su parte, sólo miedo a que le hicieran daño.

En casa cuando le ofrecimos comida, la devoró ¡buena señal!. Después lo bañamos, el pobrecico se dejaba hacer de todo con mucha docilidad. Llamamos a la perrera y al ayuntamiento por si alguien había dejado aviso de la pérdida del perro. No tenían noticias de dicha pérdida, así que dejamos nuestros datos de contacto y esperamos a que pasara el fin de semana para llevarlo al veterinario. No tenía microchip que identificara a ningún dueño. Así nos enteramos que tenía unos 8 años , 7 kilos y ¡era perritA!.


A partir de aquí... la cosa nos empezó a parecer más complicada de resolver, así que llamamos a una profesora de Luis -Mercedes Cano- una mujer muy especial, que nos asesoró sobre qué hacer y nos ayudó a difundir el caso por las redes de internet. También llamó a muchas amistades y conocidos que pudieran estar interesados.
Tras algunas idas y venidas, ahorrándonos más detalles, iremos directamente al final: encontramos para Abi un hogar que esperamos sea definitivo. ¡Mucha suerte Abi! -mucha newen en mapuche que diría Mercedes- ;)

La experiencia me ha recordado la encomiable labor que realizan las casas de acogida para las mascotas abandonadas en espera de un hogar. ¡Me quito el sombrero por todas esas familias!. Nosotros apenas lo hemos vivido unos días y ¡qué de emociones encontradas!: alegría al saber que va a estar genialmente cuidada y cierto vuelco al corazón en la despedida. En muy poquito tiempo le hemos cogido mucho cariño. ¡Gracias a todas las personas implicadas! que no han sido pocas. :-))

Estoy aún elaborando por escrito mi listita de propósitos. Este que nos marcamos con Abi, no sólo se cumplió, sino que quedó más redondo: un hogar para la perri , mejor que perrera o protectora, y mucho mejor que la inhóspita calle. Ojalá tengamos esa suerte con el resto de propósitos. ^_^ .Hay mucho de voluntad, pero creo que también de regalo en aquello que conseguimos.

Cerraremos entrada con este vídeo. Me gusta esta parte de la película. Más allá del mensaje principal de perseverar en nuestros propósitos hasta conseguirlos, me gusta la parte en la que el padre rectifica, dándose cuenta de la capacidad de influencia que tiene sobre su hijo.
(A Pelutxa lo que le gusta es la historia que cuenta el niño).
Supongo que a cada cuál le dirá cosas distintas, o un puñado de ellas.


^-^

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